Estas aves-plagas son un gran problema para los aeropuertos. Es por esto que en cada aeropuerto toman la medida que creen ams eficaz sera para su caso. En esta linea desde el pasado febrero, cazadores del coto del municipio vallisoletano de Villanubla realizan batidas de palomas, para evitar posibles problemas en el aterrizaje y despegue de los aviones del aeropuerto de Valladolid, que podrían ser muy graves si estas aves colisionaran en vuelo con sus motores.
El presidente del coto, José Barrero, explica a Efe que esta decisión fue tomada debido al daño que habían causado estos animales en cultivos de girasoles cercanos, así como para evitar molestias en los aeroplanos en el aeropuerto.
Durante este tiempo, estos cazadores han realizado un goteo continuo de batidas en estos terrenos, donde han eliminado a un número aproximado de trescientas palomas, "que han reducido considerablemente el número inicial de ejemplares, que era muy alto", matiza Barrero.
El problema no es baladí y la mayoría de los aeropuertos de España cuentan con sistemas de seguridad destinados a ahuyentar aves de sus recintos y su periferia, indica Jesús Brizuela, experto en la materia que ha trabajado en las bases aéreas de Torrejón de Ardoz en Madrid, Rota en Cádiz y Morón en Sevilla.
Desde AENA, ente público que gestiona aeropuertos españoles, afirman que el control de la fauna en general en el aeropuerto de Valladolid la principal técnica utilizada para el control de las aves es la cetrería, es decir, el uso de aves rapaces para espantar a las especies que puedan causar problemas.
Brizuela asegura que el uso de halcones es la fórmula más efectiva actualmente, pues es la menos agresiva y no produce daños en la naturaleza como pueda ser la caza.
Este experto comenta que el caso de la paloma es difícil de solucionar, pues es una especie de carácter antropófilo que no tiene apenas depredadores, y cuyas plagas traen consigo varios problemas para los núcleos de población, bien sea por la suciedad o por las enfermedades que transmiten.
A la hora de evitar que estas aves entren en los aeropuertos, Brizuela remarca que es necesario hacer un estudio del hábitat donde se encuentra y actuar en consecuencia, pues de lo contrario muchas veces no sólo se erradica el problema, sino que se amplía.
En este sentido, revela que el comportamiento de las aves está sujeto a tres factores, que son qué comen, dónde asientan sus nidos y que la modificación de uno de los tres puede suponer cambios positivos o negativos, según cómo se actúe.
"Si talas unos árboles que estén cercanos a un aeropuerto, donde anidan, por ejemplo, quince parejas de aves, no sólo alteras el ecosistema donde habitan, sino que puedes hacer que la colonia se traslade a cualquier punto de la pista de despegue y agravar el problema", indica.
Brizuela reconoce que todavía no existen métodos totalmente efectivos para el control de estas especies y pone de ejemplo las ondas sónicas y supersónicas utilizadas en algunos puntos, "las cuales son efectivas con las aves, pero no se ha demostrado si suponen un riesgo para la salud de los seres humanos".
En cualquier caso, asevera que las medidas de prevención son un punto que tienen muy en cuenta en las empresas del sector de la aeronáutica, que a la hora de diseñar partes de los aviones como los motores, los prueban para comprobar si son capaces de resistir posibles impactos de aves.